-Eres preciosa.
-Lo dices por romper el silencio.
-Cada vez que alguien te lo dice no deberías pensar así, si te lo dicen todos puede que sea verdad… ¿no?
-¿Y qué tiene de especial que me lo diga todo el mundo? La palabra me horroriza, ya es rutina.
-¿Qué te dicen? “–Hola, soy tu reflejo, eres preciosa, ¿sabes?”
-No, pero algo por el estilo.
-¿Y qué haces al respecto?
-Ignorarlo y sonreír.
-La belleza acaba donde empieza la ignorancia.
-Entonces puede que, al ser tan ignorante, no sea preciosa.
-Dices muchas mentiras para ser tan increíble como eres.
-Y tú muy poco ignorante.

interesante diálogo.
ResponderEliminar